Tomás Postigo

El concepto que trabajamos fue darle a Tomás Postigo un tratamiento de obra de arte: “un vino único”. Colocamos nuestro vino en el centro, como una obra de arte, donde se refleja el esfuerzo y la tradición familiar junto con la ilusión por la innovación y la superación. A través de la dirección de arte trasladamos el concepto aspiracional de un vino único a unos bocetos, donde colocamos al vino en el centro del bodegón.

Elevado por encima del resto de elementos de la fotografía a través de una rodaja de Roble Francés, material que utilizan para fermentar el vino. La tierra que sostiene estos elementos representa la base del vino, el origen del que parte el éxito junto con la naturalidad de los ingredientes que utilizan en las bodegas.

El bodegón del vino blanco refleja la finura y delicadeza de un vino blanco de gran equilibrio. Tras una investigación diseñamos un escenario en el que los ingredientes principales de las notas de cata estuvieran presentes y evocarán las sensaciones que transmite este vino a través del gusto y el olfato. La tonalidad de la fotografía ha sido trabajada para reflejar unos valores premium y elegantes, junto con un sabor natural que nos traslada a Peñafiel.

La composición de Tomás Postigo 5º año refleja la elegancia y el cuerpo de este vino. Jugamos con los colores oscuros y las luces para resaltar y enmarcar el vino. Al mismo tiempo la botella está envuelta por un trozo de vid, con este elemento buscamos mostrar los valores de un vino basado en el origen, la tradición y la familia. Un vino único y excepcional marcado por la innovación. Las notas de cata envuelven el bodegón transmitiendo fuerza y naturalidad.